martes, 19 de junio de 2012

¿Elegimos equivocarnos por segunda vez?

Esta era mi exposición oral, es un tema del que llevo queriendo hablar durante mucho tiempo y ya que desafortunadamente, no voy a poder mostrarlo en clase delante de mis compañeros, lo expongo aquí con la esperanza de que alguien se tome la molestia de leerlo y consiga sacar algo bueno de ello.
Pretendo centrarme en las equivocaciones, en los errores que cometemos, por lo que quiero empezar diciendo que equivocarse es hacer algo debido a un descuido a un desconocimiento. Y yo quiero remarcar esto último, cuando tu desconoces algo, es fácil que te equivoques, todos somos humanos, y todos tenemos derecho a hacerlo, pero la forma de equivocarte por primera vez no es la misma que cuando te equivocas la segunda y la tercera vez, en la misma cosa o en el mismo asunto. Lo primero que considero importante nombrar, es que todo surge de probar algo nuevo, pero para saber, debes probar antes. Pensad en cuando éramos niños pequeños, una de las cosas que más deseas hacer cuando tienes esa edad, es aprender a montar en bicicleta, pero tú no eres consciente de si te vas  a caer, o de  si a la primera vas a conducirla perfectamente. Entonces, decides subirte, y resulta que caes, pero es algo normal y algunos no se asustan tanto como otros, en este caso, nos hemos podido equivocar, pero entonces a partir de eso, eres tú quien decides si seguir insistiendo hasta que aprendas aunque cometas el mismo error varias veces, y acabes en el suelo de nuevo. O imaginad un jardinero, es su primer día y debe cortar las rosas de un jardín, va decidido a arrancarlas con las manos y en el momento que hace esto, las espinas de la primera rosa que ha cogido se le clavan en la mano y esta empieza a sangrar. Esto es una equivocación, en ese momento desconocía que podía pincharse y herirse haciendo lo que ha hecho, pero a partir de lo ocurrido, en su mano está repetirlo o no, volverse a arañar o no, porque él es el que se pondrá un guante o usará unas tijeras para cortar esas flores que le hicieron daño antes, si no desea que vuelva a suceder lo mismo.
Lo que quiero decir, es que nosotros no elegimos equivocarnos una vez, no elegimos tropezarnos con una piedra mientras vamos paseando por un camino, pero si está en nuestra mano, y sí es una opción, volver a caer por segunda vez por culpa de esa misma piedra, aún sabiendo donde estaba. Unos toman la última opción y otros deciden esquivarla e irse a un lado. Hay quienes en un momento ya saben y dan por supuesto que en el instante en el que se les proponga otra oportunidad sobre algo en lo que ya hallan fallado antes, volverán a cometer el mismo error, y yo sinceramente, digo que en algún caso también lo he pensado, pero eso ya es decisión mía, es algo que tomo por mi cuenta, a partir de ahí no puedo culpar a nada ni a nadie, si ya sé lo que me puede deparar o esperar porque es algo por lo que he pasado anteriormente, conozco las consecuencias, los resultados y entonces a partir de ahí, yo ya no lo considero una equivocación, sino algo bastante distinto, que se llama opción.
Todos y cada uno de nosotros, tenemos un puzle personal, y como todos ya sabéis este está formado por piezas, bastantes normalmente, y yo quiero hacer referencia a que cada una de esas piezas, cada trozo, es una parte de nuestra vida, que nosotros tenemos que ir uniendo poco a poco, ir escogiendo la correcta en cada momento, pero no por eso quiero decir que no nos equivoquemos al montarlo, pues estoy segura de que todo el mundo, sin excepciones, siempre que ha intentado hacer un puzle ha escogido el fragmento erróneo, el que no encajaba y lo ha vuelto a dejar, claro que ya corre por su cuenta el volver a coger el mismo trozo e intentarlo colocar nuevamente en el mismo lugar, el cual ya sabía que no era el que le correspondía.
Con esto queda terminada una lección por así decirlo para aquellos que nunca se habían planteado nada relacionado con todo mi escrito o para aquellos que si lo hayan hecho pero que nunca hayan encontrado una solución convincente. Pero para acabar, me gustaría dejar este vídeo, que se basa en una reflexión sobre el aprendizaje de nuestra vida, bastante generalmente y que no va quizás muy concorde con mi dilema, pero que aún así se basa en todo lo que nos queda por aprender, en todo lo que nos tienen que enseñar y lo que tendremos que enseñar nosotros en un futuro, una lección, una enseñanza, cosa que he pretendido dar en cada una de mis entradas, desde la primera hasta la última.

       
          

¿NO DEPENDEMOS DE NADA?

 Esta pregunta es muy amplia, se puede mirar desde muchos puntos diferentes y seguro que desde cada uno, podemos obtener una solución o un resultado distinto al resto. Yo voy a interpretarlo de varias formas, pero finalmente me voy a acabar centrando en nosotros, en las personas, en la dependencia que tenemos sobre otros.
Quizás no siempre, pero en la mayoría de los casos, dependemos de algo, una persona en sí, depende del dinero, es algo que necesita para vivir, para comer, para sus necesidades. Un panadero depende de que la furgoneta que trae todas las barras de pan, las cuales son las que tiene que vender en la tienda, llegue a tiempo. Al igual que un ladrón depende de que no salten las alarmas en la casa que lleva planeando atracar durante mucho tiempo, o como un alumno depende de sus notas para optar a la universidad. En algún momento, en determinadas situaciones, tenemos que darnos cuenta de que tenemos dependencia de muchas cosas, que no te puedes valer siempre por ti solo sin ayuda de nada ni de nadie.
Aunque mi entrada va dirigida sobre todo a lo que voy a contaros a continuación, en que cuando se habla de depender de otra persona, no siempre se está queriendo decir, que depende de que le mantenga o de que esté a su lado porque si no, no puede vivir, a lo que me refiero es a algo más serio, pues en el mundo hay que aprender que para vivir, para sacar todo a adelante, no te vale con mantener tu orgullo y decir “yo no dependo de nadie”, ¿por qué? Porque todo el mundo pensaría lo mismo y porque la palabra; depender no tiene por qué ser mala, relacionándola con el tema que estoy tratando, se puede interpretar como algo hasta vital. Pues pararos a pensar en la cantidad de solteros que hay en el mundo, todos esperan su oportunidad, unos esperan ir hacia una determinada persona, y otros esperan que venga alguien hacia ellos. Me voy a centrar en los que esperan que venga alguien, que es la mayoría, a nadie le gusta ir detrás de nadie, a la gente le gusta más que se lo pongan todo en bandeja, que vayan hacia ellos sin tener que hacer nada por sí mismos, ni el mínimo esfuerzo, pero ahora sí, si todos fuésemos así, nadie en el mundo tendría pareja, todos estaríamos separados, pocos por no decir prácticamente nadie estarían juntos. Hay que darles las gracias a los que siempre deciden dar el paso, a aquellos valientes que se atreven y le echan valor para plantarse frente a aquella persona que quieren y decirle todo lo que sienten cómo se tiene que decir, como todos y cada uno de nosotros deberíamos hacer, porque sin ellos nada sería igual, no habría relaciones y por lo tanto no habría descendencia. Si por algo se caracteriza el ser humano es por el gran poder que tiene para amar a alguien y por la conciencia para mantener una relación verdadera, por eso no todas las personas son de las que esperan porque se dan cuenta que si todos esperáramos a alguien, si todos nos pasásemos el resto de nuestra vida mirando, sin hacer nada al respecto,  al final la especie se extinguiría, o seríamos como los animales, reproducción y nada más. Por lo tanto a veces tenemos que tragarnos el orgullo y dar el paso, porque el que algo quiere, algo le cuesta, porque el que no arriesga, no gana, porque el que no tiene el placer de amar, simplemente no se puede considerar persona.

lunes, 18 de junio de 2012

¿TÚ ELIGES OLVIDAR?

No somos conscientes de lo que significa tener una buena memoria, acordarse de las cosas, de datos, de recuerdos, de recados, de lo que sea, y cuando no se tiene es posible que se ocasionen considerables consecuencias, algunas más leves u otras hasta irreversibles.
Imaginad a una pareja, están acostumbrados a que cada día le toque a uno de los dos ir a por sus hijos al colegio, pero por casualidad, un día, uno de los dos no puede y le pide al otro que se encargue, que vaya en su lugar, y resulta que el que tiene que hacer ese favor, lo olvida, se le va de la cabeza, ¿cuál es el resultado?, que sus hijos se tengan que quedar solos, donde estén, esperando y esperando hasta que uno o ambos padres recuerde ir a por ellos y llevarlos de nuevo a casa. Y si no, pensad también en que un trabajador tiene una cita con una ejecutiva importante y tienen que tratar muchos temas, hablar sobre distintos negocios, en conclusión, es una reunión de la que dependerá su futuro, pero se descuida, y cuando se acuerda de la citación, ya han pasado dos horas, es tarde y corre el riesgo de haber perdido una de las grandes oportunidades que se le pueden presentar a la vida. Aunque lo que más sucede, volviendo al primer ejemplo, porque tiene relación con los hijos, con los niños y con los adolescentes, es que muchos padres por cuestiones de trabajo, o de otro negocio u ocupación, olvidan fechas importantes para sus hijos, el último partido de fútbol de la temporada, que marcará el avance del equipo del hijo mayor, o la actuación de ballet de la niña pequeña, que se sentiría más segura y tranquila si viera cómo sus padres están frente a ella animándola y apoyándola en todo lo que pueden. Pero no sólo olvidar es malo cuando tienes despistes u olvidos de cualquier tipo, también lo es porque olvidar, dejar atrás algo que en un pasado fue importante o que incluso lo sigue siendo actualmente, no te solucionará la vida, ¿por qué no dejarlo estar? En mi opinión, pocos son los que olvidan completamente y encima creo que en la mayoría de estos casos interviene algún tipo de enfermedad que hace reducir la memoria, porque las personas cuanto más intentan olvidar, más tienen presente aquello que quieren borrar por lo que resulta prácticamente imposible. Aparte muchos se creen que es algo que pueden elegir, como el pito pito golgorito, pero no es así, puedes tener la intención de dejar en el pasado algo, pero eso no te garantiza que lo vayas a conseguir, pues no es tarea fácil. Unos quieren olvidar desde una mala situación, un momento comprometido, hasta a su gran amor o gran amigo. Por eso lo que yo digo es, que por un lado cuidemos nuestros recuerdos, que no los borremos, que evitemos los descuidos y que ignoremos esos malos momentos que pasaron alguna vez, pero que no merecen ser recordados, así que ¿para qué vamos a darles esa importancia de tenerlos presentes? Olvidar, un verbo, siete letras, que no entraría en mi vocabulario, porque no lo veo ni útil, ni de mayor importancia, simplemente es una palabra que muchos usan en instantes extremos, en puntualizadas circunstancias, pero que pocos son capaces de llevar a cabo.

Os dejo este vídeo, trata sobre una historia entre un chico y una chica, habla sobre los recuerdos, sobre lo que no puede olvidar, o cómo yo lo entiendo, sobre lo que no quiere olvidar.



domingo, 17 de junio de 2012

¿Tanto cuesta escuchar?

Escuchar, algo tan simple como eso parece difícil de hacer, no nos damos cuenta de lo importante que es y  de que a veces una persona es lo único que necesita, un poco de atención, que sepa que ahí hay alguien capaz de prestarle su oído en el momento oportuno. Esto se está perdiendo, cada vez pasamos más cosas por alto y no hacemos lo más fácil de todo.
Una niña ha sacado muy buena nota en un examen que para ella era muy complicado, y quiere contárselo a su madre para que se sienta orgullosa de ella, para que sepa que se ha esforzado, pero ella no le presta atención, porque no tiene tiempo, porque está muy ocupada, porque se tiene que ir, y finalmente lo pasa por alto. ¿Y su hija qué? Le pide dos minutos para contarle algo importante por lo menos para ella, y su madre no cede si quiera. Un joven está enamorado de una chica, lo lleva en secreto porque tiene miedo al rechazo, a la opinión de los demás. Llega un momento que él solo no puede,  necesita contárselo a alguien, para que le dé un consejo  y lo ayude. Quiere decírselo a algún amigo, ya de por sí, tomar la decisión de hablarlo con un amigo no es fácil, pero aun así lo hace, elige a aquél  con el que más confianza tiene aunque ese miedo de que se pueda enterar alguien más sigue presente. Decide dar el paso, se lo cuenta, pero para su amigo no es igual de significativo que para él, y no se lo toma muy en serio, apenas lo escucha porque no quiere oír las típicas ``tonterías de un enamorado´´, lo que no se da cuenta es que  para el joven no eran unas simples estupideces,  era algo bastante importante, y necesitaba apoyo para saber qué hacer y elegir la mejor opción, pero finalmente pierde la oportunidad con la chica, todo le echa para atrás y no se atreve a decir nada, además el no tener a nadie con él le afecta más aún. Y también, por ejemplo una persona descubre algo, un objeto, una pista, acerca de algo sobre lo que se está investigando, un crimen, un asesinato, y cuando quiere mostrar a la gente lo que tiene, lo que ella sola ha sido capaz de encontrar, nadie la escucha, no recibe atención por ningún lado, siendo colaborar, lo único que pretende.  Esto, lo que provoca es que esa persona tenga ganas de echar por perdido lo que ha hallado, pues total a nadie parece importarle, pudiendo ser lo encontrado, la clave para resolver la investigación que están llevando a cabo.
Quiero haceros ver, de lo relevante que es escuchar a los demás, ya sea un segundo, un minuto o una hora. Es algo sin precio, no cuesta nada, y yo creo que a nadie le debe influir mucho dedicar algo de su tiempo a los demás, más que nada porque más tarde ellos pueden precisar lo mismo, una ayuda, un apoyo, alguien con quien poder hablar y que esté dispuesto a atender, ni siquiera a dar su opinión simplemente a estar ahí, a su lado, poniendo atención en cada palabra que sale de la boca del otro, aunque solo se deba a lo bien que se va a sentir la otra persona. Todos requerimos eso alguna vez, así que basta ya de hacer oídos sordos y aprendamos a escuchar, que todos merecemos un poco de atención en un momento de nuestras vidas, porque cada palabra de uno puede ser una ayuda, una salida, o hasta una solución para otro diferente.


Oír es precioso para el que escucha.

Escucha aún a los pequeños, porque nada es despreciable en ellos.

Lucio Anneo Séneca (2 AC-65) Filósofo latino.

miércoles, 13 de junio de 2012

¿NUESTROS ACTOS NOS DEFINEN?

Esta pregunta lleva estando en mi cabeza desde hace ya su tiempo, y hoy, al fin me he decidido a buscarle una respuesta, la más acertada, por lo menos para mí, que no tiene por qué corresponderse con la opinión de los demás. Voy a hablar sobre nuestros actos, acerca de cada una de nuestras acciones y de si éstas determinan a cada persona, sea quien sea.

Pensad en un jardinero, ¿por qué se le conoce, por cortar las plantas verdad? Pues claro, porque eso es lo que hace, al igual que un bombero es conocido por salvar vidas de un edificio en llamas o un camarero por repartir copas en las mesas de un bar. Cada cosa dicha anteriormente es una característica que se corresponde con la persona que la realiza, pero ahora dejando de hablar de profesiones, vamos a  ponernos en la piel de personas normales y corrientes. Hay quienes deciden ayudar a los más desfavorecidos y mandan cada mes, una bolsa o dos o tres, llenas de materiales que quizás a nosotros no nos sean muy útiles pero que para ellos signifiquen una facilidad de vida; bueno, pues esta persona será conocida como aquélla humilde y amable, dedicada simplemente a prestar auxilio cuando otros lo requieran. Es más de esto vienen algunos “motes”, éstos son nombres que se les da a las personas por sus hechos, por algo característico a ellos, siempre ha existido el ligón, que es el que se las lleva a todas, el tímido, al que le cuesta tener contacto con los demás, y muchos más parecidos a los anteriores. Por ejemplo, están aquellos que hacen cosas malas, si el que viola a una niña, y es metido en la cárcel, pero  finalmente consigue salir, ¿creéis que tendrá una buena fama, que hablarán bien de él? Pues no, o por lo menos en la mayoría de los casos, por el simple hecho de que lo que hizo es algo horrible, algo que no se pasa por alto así como así, esto es lo que marca a esa persona, es lo que nos dice a los demás cómo es, su forma de ser o actuar.

Por eso a lo que intento llegar con mi entrada es a que cada uno debemos de ser conscientes de lo que hacemos, porque sí, nuestros actos nos definen a la perfección, son el reflejo de nosotros mismos y en mi opinión pocas cosas pueden expresar tan bien cómo es cada uno. Considero que es algo a tener en cuenta, y si esto no se cumple, como siempre digo a cargar con las consecuencias que aparezcan en ese momento. Tus acciones te condicionan, forman parte de ti así que hazlas siempre lo mejor que puedas y como más orgulloso puedas estar de ellas, desde recoger un papel del suelo y meterlo en la papelera o desde repartir tus caramelos con tus amigos, o desde ayudar a tu hermano pequeño con sus deberes, hasta luchar por lo que quieres, hasta curar a un animal herido que esté abandonado o hasta regalarle un bocadillo a aquél que está pidiendo porque no le queda otra salida.



Una acción es la perfección y la publicación del pensamiento.

Ralph Waldo Emerson (Poeta, escritor y filósofo estadounidense).

miércoles, 23 de mayo de 2012

¿Hasta dónde somos capaces de aguantar?


A lo largo de nuestra existencia pasamos por situaciones prodigiosas, por momentos perfectos, ratos un tanto embarazosos o incluso, por instantes que no nos gustaría recordar de ningún modo. Y hay veces en las que salimos más triunfantes que en otras, mientras que hay ocasiones difíciles de manejar, en las cuales algunos llegamos a un punto en las que no podemos reprimirnos más.
Imaginemos a una persona que está dando un paseo por la calle, y de repente llega a un parque y oye gritos, se asoma, y ve como un hombre viola a una mujer, éste la ve también y le pone un cuchillo en el cuello amenazándola de muerte como comente algo de aquello con alguien. ¿Os imagináis el sentimiento de la mujer que acaba de ser advertida de forma tan violenta? Eso, esa imagen de un extraño a punto de quitarle la respiración y de un abuso injusto, permanecerá en su mente, quiera o no, por lo menos durante un tiempo, pero a lo que me refiero es que además de ello, tiene la responsabilidad de que no puede decir nada, por su bien. Aver puede hacerlo, pero no se sabe cómo acabaría el asunto si todo esto saliera a la luz.
O también, pensad en una chica que está enamorada de un chico, pero él no le corresponde, está con alguien, pero un día, debido a unos u otros motivos, hacen algo que no deben, se saltan lo correcto y se dejan llevar sin pensar en lo que vendrá después. Y tras lo ocurrido él le pide que lo mantenga en secreto, que calle eso que gritaría a los cuatro vientos por ser lo que deseaba que ocurriera desde hace largo tiempo. Entonces ella no lo acepta, no quiere silenciarlo, pero finalmente acaba cediendo a la petición del otro, comprometiéndose a guardar silencio y sufrir por dentro al no poder relatar nada.
Los dos casos anteriores son conocidos, para que negarlo, pero como ellos hay muchísimos más: cuando alguien ve copiar a otro y no sabe que hacer, si decirlo al profesor, callárselo o directamente hablar con él para que deje de hacerlo; cuando alguien quiere decir lo que piensa a todo el mundo, o lo que ha hecho o lo que sea de lo que se sienta orgulloso, pero de lo que lo privan, o cuando alguien quiere mostrar su rabia por algo, por insultos, por burlas, y quiere demostrar que sabe hacer algo más que quedarse quieto, pero también sabe que si se mete en una pelea, no acabará bien ni él, ni con quien la lleve acabo.
Lo que quiero hacer ver a la gente es que cada persona tiene un límite, un aguante, el cuál si se sobrepasa puede tener consecuencias irreversibles. A veces se les impone a cada uno una responsabilidad que pocos son capaces de sobrellevar, no porque sean más débiles, si no porque no somos de piedra, porque si nos dan, duele, al igual que si nos obligan a ocultar algo, y nos presionan por ello, esa impotencia que nos corre por dentro no siempre es capaz de permanecer en nuestro interior y no le queda otra que manifestarse, salir fuera y expresarse así sin más. Esto ocurre porque cada persona es como un globo, al igual que si tú lo hinchas demasiado, y le das más aire del que puede llegar a contener, explota, si alguien tiene que soportar demasiadas cosas, y guardárselo todo dentro, revienta.

(Federico Nietzsche, filósofo alemán).

sábado, 19 de mayo de 2012

¿Lo que fue todo se puede convertir en nada?

Hoy me gustaría hablar de eso, de esas cosas que en una parte de nuestra vida son todo lo que necesitamos, lo único que requerimos, y las cuales, pueden dar un giro de trescientos sesenta grados y convertirse en algo insignificante, no invisible del todo, pero sí de menor aprecio  para nosotros.
Todos hemos sido pequeños, hemos jugado y reído, y yo por lo menos he tenido mis juguetes, algunos mejores que otros, de mayor o menor importancia, pero ahí han estado. Recuerdo que a mis tres años de edad me regalaron un osito de peluche, no me separaba de él, le hablaba, lo abrazaba, él lo era todo para mí. Pero pasa el tiempo, y vas dejando cosas atrás, no voy a mentir, lo sigo teniendo, pero ya no es lo mismo, ya no necesito su compañía, tal y como la ansiaba antes. Los niños quizás no se desenganchaban de su coche preferido, al igual que las niñas de esa muñeca que bañaban y vestían día a día, pero conforme iban cumpliendo años, iban sustituyendo esos trastos, por otros nuevos, diferentes cada vez, y dándole a ese suplente la importancia del anterior. Esto sucede porque más tarde te encaprichas de otras cosas, las cuales a veces valoras más o menos, e incluso no solo de cosas, sino de personas, llegas a querer a alguien hasta tal punto que consideras que es lo único imprescindible en tu vida, y eso lo haces, porque en ese momento es lo que sientes, es lo que anhelas y con quien deseas estar, pero no puedes saber lo que eso durará. Conforme crecemos, apreciamos algo diferente a lo que valoraríamos si tuviésemos otra edad, quizás a la edad adulta, lo que más quieres es esa casa, tan perfecta, con piscina, con jardín y un trabajo cualificado, buen sueldo, lo típico que supuestamente te hace feliz, y entonces, estamos en la época en la que lo que soñábamos se cumple, tenemos todo lo que tanto tiempo hemos estado pidiendo y por fin nos sentimos satisfechos de haberlo conseguido. Pero a lo que quiero llegar yo, es a que si eso a lo que consideramos absoluto, puede dejar de serlo y difuminarse así como si nada. Que si ese preciado muñeco puede guardarse al fondo de un baúl y ser olvidado para siempre, o que si esa persona tan amada puede desaparecer y no volver nunca, o que si ese todo, esa vivienda tan extraordinaria, puede destruirse sin causarte ningún daño. Yo opino que lo que te marcó una vez, quedará grabado dentro de ti por el paso de los años. También es cierto, que lo que te hizo feliz lo recuerdas, algunos guardan ese recuerdo en un cajón el cual abren todas las noches antes de ir a dormir y otros se conforman con esconderlo profundamente, donde nadie lo encuentre, en su propio corazón. Que lo que fue todo ocupe el lugar de la nada, depende de muchas cosas, unas personas tienen la facilidad de olvidar, o de sustituir a unas personas por otras, unos objetos por unos diferentes, o ciertos lugares a cambio de otros más especiales, sin embargo hay quiénes no pueden, para los que les es verdaderamente complicado pasar página, porque no tienen la intención de abandonar aquello que en su día les hizo feliz, o que simplemente no quieren, no pretenden que se esfumen esas memorias, que quieran o no han formado parte de su vida, y han ocupado un lugar en ella.
Para terminar dejo un poema del famoso José Hierro, unos versos que pueden confundir a quienes los lean, por darle uno u otro significado, yo por ejemplo lo expongo aquí, porque me gusta, hace un juego de palabras, que para mí quieren decir que en un instante de nuestra vida, nos podemos parar a  pensar,  y dar una consideración distinta a esas cosas que quizás dos días atrás tenían un aprecio absolutamente contrario.

“Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

martes, 1 de mayo de 2012

¿Quién es lo suficientemente importante como para decidir sobre la vida de otros?

Desde tiempos lejanos siempre se ha hablado de la libertad, de que es algo que todos tenemos por el mero hecho de nacer, a esto último yo haría una corrección, es algo que tenemos pero que en pocas ocasiones podemos utilizar, por unos u otros motivos o hasta por la culpa de unas u otras personas que se creen lo bastante primordiales para decidir sobre nosotros.
Antiguamente esto ya cobraba vida, los señores, pues así se les llamaba a esas personas adineradas que todo podían permitirse, utilizaban esclavos, decidían por ellos, les obligaban a cumplir sus antojos y esos siervos no elegían eso, era lo que les tocaba por el simple hecho de ser inferiores a ellos. Pero no, esto no es lo único, esto ocurre así con todo. Algunos se creen que puede dirigir a la gente a su gusto. ¿Qué hay de los campos de concentración? Esos sitios donde se encerraba a personas, aunque por el trato que se les daba, parecían no serlo. Donde todo era un juego, el cual terminaba con muertes, como si de fichas de un parchís se tratasen, ¿por qué? Porque siempre y esto es así, han existido diferentes tipos de gente, los que están por encima y los que siguen a estos. Hay a quienes se les arrebató todo y no se les dejó nada, pero pocos le dan la importancia que merece. Y lo peor es que quienes hacían lo anterior, se sentían satisfechos de ello. Otra injusticia de la vida, pasó acerca de los años sesenta, en Estados Unidos había una discriminación hacia las personas de color increíble, mientras que los que no eran así estaban en un pedestal, a los otros no se les permitía ni tocar esta plataforma. Hace poco ví una película, en la que pude contemplar como mujeres mayoritariamente se anteponían sobre aquellas mujeres de color, ya que éstas últimas trabajaban esencialmente como criadas en las casas de los ricos. Las sirvientas no poseían derecho ninguno, eran como un juguete con el que se podía jugar siempre que se quisiera, estaban bajo el mando de otros, y aunque eso no les desagradaba demasiado, sufrían como nadie, al intentar hacer las cosas lo mejor posible y no obtener nada a cambio. Pero no perdían todo, ganaban un corazón, el de los hijos y las hijas que cuidaban, pues por lo visto los padres nunca pasaban tiempo con ellos, y sus descendientes habían sido educados por otra persona, la cual era básicamente como una madre para ellos.
A lo que quiero llegar con esto es que antes y ahora sucede que hay una clara diferencia entre unas personas y otras, y lo malo es que cada vez más, unos se creen lo suficientemente mejores como para decidir que es lo mejor para otros sin nisiquiera saber la opinión de ellos.
Para terminar quiero exponer un artículo que encontré en el periódico EL PAÍS, que me llamó mucho la atención, claramente relacionado con todo este tema, y que trata sobre el aborto, un asunto muy discutido por todos, pero a lo que pocos encuentran una solución definida. Está escrito por una mujer que defiende sus derechos y a la que yo apoyaría si tuviera opción de hacerlo. El ensayo es el siguiente:

La frase que se dijo esta semana en el Senado- “La libertad de ser madres hace a las mujeres, mujeres”- merece todo el rechazo de lo que se entiende por auténtica libertad de la  mujer. Primero porque estamos hartas del paternalismo de los hombres y segundo porque la verdadera libertad es la que la mujer por ella misma decida sin ninguna coacción, ni por parte de los Gobiernos, ni de la Iglesia, ni de asociaciones antiabortistas. ¿Quiénes son ustedes para decidir sobre nuestra propia libertad?

Quiero que todos os deis cuenta de que nadie debería obligaros a hacer algo, no hay que darles el gusto para que piensen que importan más que el resto, es más desde mi punto de vista pueden ¿aconsejar? Bueno, algunas veces, pero ¿obligar? Nunca.

miércoles, 25 de abril de 2012

¿Dónde está la verdadera belleza?

Hoy día, la gente ya no se hace esta pregunta, se dedica a juzgar a los demás, por su forma de vestir, por el tipo de peinado, es decir, por su apariencia, sin tener la mínima intención de conocer a fondo a esa persona y sin darle la oportunidad de mostrar lo que puede estar detrás de la máscara que llevamos día tras día.
Nos dejamos guiar por el exterior, por si es gordo o no demasiado, si es listo o por si ni siquiera sabe sumar, por si tiene un cutis radiante o por si tiene una espinilla a un lado de la nariz, por si lleva una minifalda excesivamente corta o por si el vestido le llega hasta los pies.  Por no hablar del color de la piel de una persona, ¿tanto si es más oscura como si es más clara ya tiene que ser diferente a ti?, no, no tiene por qué, se debe aprender que el físico no lo es todo, y que al darle demasiada importancia podemos hasta acabar perdiendo. Hay quienes piensan que una carita bonita gana a cualquier otra que no se le asemeje lo suficiente, y esto hace que los que no sean de tal modo se sientan inferiores, avergonzados de sí mismos. Pero lo cierto es que estos últimos necesitan a alguien sea quien sea, que muestre algo de empeño en intentar saber algo más sobre ellos, pasando a través de esa piel que llevamos puesta que al parecer vale más de lo que debería.  Y mirad, en mi opinión las cosas están muy equivocadas, claro que cada uno es libre de pensar como quiera, y por eso mismo os voy a decir lo que se pasa por mi cabeza. Nos reducimos a clasificar a la gente según sea  guapa o fea, pero estas dos palabras son simples adjetivos que dependiendo de quién los use estarán mejor utilizados o no, pero pocos investigan sobre el verdadero significado de la belleza, de lo hermoso, de lo que de verdad merece la pena. La verdad es que para mí, la belleza está en los versos que recita un poeta y no en como sea su apariencia, la belleza de un cantante se encuentra en el significado de sus palabras, no en su aspecto físico, lo más bello de un niño es su risa, lo más bello de un artista, lo que simboliza su cuadro,  lo más bello de un libro su final, y lo más bello de una persona se halla en su forma de mirar.
Porque sí, admito que hay quienes son más atractivos que otros, quienes son mejores en unas cosas que el resto, pero también tengo que decir que lo superficial tarde o temprano se dejará de apreciar tanto, y si no es así, por lo menos para mí sí será de tal forma. La gente se acabará dando cuenta de que antes de valorar a alguien tienes que llegar hasta el corazón. Sólo así comprenderás realmente a esa persona y descubrirás lo que cada uno podemos tener dentro, escondido, esperando a que alguien se tome la molestia de buscarlo.  Y no sólo sucede con las personas, también con las cosas, con los paisajes, no puedes decir no me gusta sin haberlo probado antes, ¿cuántas veces hemos dicho a una propuesta para ir a la montaña que no?, pues muchas, muchas veces, porque basta con que nos enseñen una fotografía, para que digamos, qué frío no, además allí no hay nada, mejor la playa. ¿Qué pasa?, no creo que sea tan malo para que no merezca la pena probar, simplemente eso, porque también tiene sus cosas buenas, el precioso paisaje que se ve desde un acantilado, el agua del mar chocando contra las rocas, mientras que anochece y el sol se esconde a lo lejos, y deja tras de sí lo oscuro de la noche,  contemplarlo mientras que una aire ligero te recorre por la cara, todo esto no es posible en cualquier sitio, por eso reitero que hay que descubrir la belleza tanto de cada persona como de cada cosa. Pues ésta no siempre está a la vista, y tú eres quien debe encontrarla esté donde esté, tanto como si se encuentra en una mirada, o como si lo está en el horizonte que tienes delante.

“La belleza está en los ojos del que mira”.
       Óscar Wilde.


domingo, 25 de marzo de 2012

¿Verdaderamente somos conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor?

Con mi dilema quiero hacer referencia a que en muchos casos, nos limitamos a ser un tanto egoístas refiriéndome a nuestra forma de pensar o actuar. Despertamos, comienza un nuevo día para nosotros, pero no solo para nosotros, sino para una gran parte del mundo, para otra gran parte acaba, y para otra parte ni ha empezado ni ha acabado.
Pararos a pensar, un nuevo día, lleno de muchísimas cosas, mientras uno se juega la vida, otro se la quita, mientras uno se juega su futuro, otro lo desecha, mientras uno se examina de algo importante, otro no estudia ni trabaja, mientras uno tiene una mesa repleta de dulces y manjares para desayunar, otro está buscando en los cubos de basura restos de comida.  Nos reducimos a pensar solo en nosotros, y no nos damos cuenta de lo que pasa verdaderamente en la vida.
Nos reducimos a protestar a la mínima que nos pasa, sin pensar en cómo se sentirían otro si lo oyeran. Nos quejamos de que si los seis jerseys que tenemos en el armario ya no nos gustan, pero no nos damos cuenta del sentimiento que tendría otra persona si nos viera, la cual en ese momento seguro que estará buscando un simple lugar para dejar su camiseta de todos los días. Y es que por ejemplo, muchas veces he pensado, porque tendré que estudiar, pero no me doy cuenta de que desgraciadamente hay gente que no tiene esa educación que tan mal está valorada y por la cual darían lo que fuera.
Como en realidad se vive la vida es poniéndonos en el lugar del otro, porque no podemos apreciar lo que tenemos hasta que lo vemos desde fuera, no podemos corregir nuestros errores si no los vemos desde otro punto de vista, y fíjate hasta donde llegamos que no nos conocemos a nosotros mismos, siendo que lo hemos vivido todo juntos, hasta que no vemos desde otros puntos de vista nuestra forma de actuar, es difícil de explicar pero es así. Claro está que no nos podemos cambiar a la vida de nadie, pero sí, pensar como sería si viviera su vida, lo que haría en cada momento, como viviría, los errores que cometería y las decisiones que tomaría. Estamos cansados de que nuestra vida sea una rutina. Por eso os invito a ver la vida desde otros puntos de vista, a poneros en el lugar de otras personas y comprobar lo que haría ante las diferentes situaciones de la vida, a escuchar las dos versiones porque cada uno defiende lo suyo y porque seguro que ambas merecen ser escuchadas. Y aun sin saber muy bien qué es lo que haría, sé, que en ese momento sabría qué hacer.
Ante todo he de decir que lo fácil es hacerlo y lo difícil es darse cuenta.
Todos dicen lo mismo, hay que ponerse en el lugar del otro para darnos cuenta de lo bueno y lo malo, no nos podemos cerrar en nuestros propios pensamientos y tenemos que dejarnos aconsejar por la gente de nuestra confianza. Sólo así seremos realmente conscientes de todo y tendremos ante nosotros dos opciones, la de continuar como si nada, como si tan sólo tú y nadie más existiera, o la de reflexionar sobre tus actos y dedicarte a ayudar haciendo lo necesario. Pues si no hacemos ésto último o si no nos fijamos en lo que nos rodea, jamás estaremos concienciados de nada, ni desde la mujer que acaba de ser asesinada por su marido, ni de aquel niño que está siendo acosado tan solo por su nacionalidad.




sábado, 24 de marzo de 2012

¿QUIÉN LO SABE TODO?


A lo que me refiero con mi pregunta, es a que en muchas ocasiones la gente cree saberlo todo y por ello, ser los más inteligentes, pero pienso que esos no saben ni la mitad.
Porque sí, saben que 2+2 son cuatro y que Cristóbal Colón descubrió América, que si sales a la calle cuando nieva, te congelas y que si llueve, te mojas. Pero no se habían fijado en  que en el mismo libro en el cual estudiaron uno de los más famosos conquistadores de la historia, había en una esquinita dos nombres y una fecha que habían permanecido allí durante años, ni tampoco que si te tumbas en la nieve puedes hacer un ángel moviendo piernas y brazos, ni que bailar bajo la lluvia es una de las cosas más preciosas que puedes hacer.
Saben que en la clase hay una empollona, esa chica con gafas y que siempre tiene la cabeza bajada, pero no saben que esa misma persona está deseando soltarse la melena y disfrutar como siempre ha querido. Porque saben que hay gente infiel, pero no saben si mientras que la persona de la que están enamorados les abraza, no le está dando la mano a otro u otra aprovechando que no miran. Porque saben de la importancia de una acusación y todo lo relacionado con ella, pero no saben si la persona que está siendo acusada en ese instante es realmente inocente. Porque, la clase de persona que supuestamente conoce todo, ya no se fija en los detalles, pueden estar en una boda viendo como se están casando dos personas, pero no saben si la novia, que acaba de casarse, está verdaderamente enamorada de su marido, o de ese amigo de la infancia al que le llevan llorando los ojos desde que empezó la ceremonia. Porque pueden saber que la sentencia que acaba de terminar de imponer un juez contra un adúltero es correcta, pero lo que no saben es que ese juez, minutos más tarde puede coger un trozo de ese mismo papel y escribir unas líneas amorosas a la esposa de su amigo.

"Del mismo papel en que un juez ha escrito una sentencia contra un adúltero rasgará un pedazo para escribir unas lineas amorosas a la esposa de su colega."
Montaigne.

Porque pueden saber cómo curar la herida que se acaba de hacer un niña pequeña en la rodilla, pero no son conscientes de que ese corte se lo ha hecho porque iba corriendo detrás de una mariposa, ya que era la primera vez que veía a ese animal y al que quería acariciar como fuera posible. Los sabidillos dan por supuesto que saben hacer todo bien, y por ello le regalan a su esposa una rosa todos los fines de semana, pero no atienden a que lo que ella en verdad desea es un beso dulce y suave. Porque esas personas se han leído mil artículos de periódicos en los que se habla sobre la pobreza y la tristeza africana, pero no se han percatado de una noticia en la que dice que un médico ha conseguido salvar a tres niños muy enfermos de esa zona y que solo le ha bastado como recompensa verles sonreír.  
Porque pueden saber cuál es la distancia de Estados Unidos a Australia, pero no que en cada país hay una persona que tiene en mente encontrarse por fin con la otra, ya que por motivos familiares se tuvieron que separar.
La conclusión que quiero sacar es que nadie lo sabe todo, siempre y estoy segura de ello habrá algo que pase desapercibido. Las personas que creen dominar lo absoluto, deberían continuar investigando y aprendiendo cosas nuevas, porque siempre, siempre, siempre permanece algo escondido esperando ser descubierto.

domingo, 18 de marzo de 2012

¿TIENE QUE SER TODO BLANCO O NEGRO, O PUEDE SER LA MEZCLA ENTRE ELLOS?

Mi dilema para el día de hoy es saber cómo somos, si sólo podemos ser de una forma o si somos capaces de comportarnos de una manera, al igual que de la contraria a ésta.  Me refiero por ejemplo, a que si alguien débil, puede tener algo de fuerte o no, claramente, que si todo tiene que ser blanco o negro, o que si cabe la posibilidad de que existan puntos intermedios.
Estamos acostumbrados al todo o al nada, mientras que deberíamos utilizar las palabras mucho y poco, que no son tan definitivas. Vemos a una persona rica, con muchísimo dinero y ya damos por supuesto que es próspero en todo, sin caer en que puede que sea pobre de familia, porque no tenga, y entonces es ahí cuando tenemos que sacar la conclusión de que nada es absolutamente de una forma, ya que puede ser de la forma contraria en cuanto a otro aspecto. Conocemos a alguien que se le dan mal las Matemáticas y la       Física, y tiene que ser tonto, así porque sí, ¿y si se le da bien Lengua e Historia, qué?, ¿ya no es tonto? Ser malo en algo, no quiere decir que no se te pueda dar mejor otra cosa diferente. Admiramos al fuerte de la clase, al que parece que todo lo puede, y no nos fijamos que esa persona, también puede tener un punto débil, en el que esa fuerza tan poderosa no le sirva de nada, y en el que no le quede otra que pedir ayuda.  Al igual que aquella persona que parece tan débil, puede sacar seguro algún impulso para seguir adelante o incluso para apoyar a los demás. Incluso pienso que la persona más mala tiene algo bueno, por pequeño que sea, quizás un ladrón, alguien detestable a causa de sus robos, se dedique a ello para conseguir dinero y poder alimentar a su familia enferma, o también que aquella que parece la más buena del mundo, tiene seguro algo en su contra, aunque no sea demasiado grave, imaginad que la persona que pensamos que es perfecta, que no hace nada malo ni perjudicial, se toma todos los viernes una copita de whisky, puede considerarse algo malo creo yo, a lo que quiero dar alusión es que hasta lo más oscuro y ennegrecido tiene un toque clarito y reluciente y viceversa.
Yo creo en la mezcla, en la unión de apariencias, no en cada una de ellas por separado, sino en el resultado que se obtiene cuando se juntan. Opino que la belleza está compuesta de defectos y virtudes, ya que no hay nadie tan guapo, que no tenga ningún defecto, ni nadie tan desagradable, que no pueda sacarle una sonrisa a otro. No hay nadie tan responsable, que no se le haya olvidado nunca apagar la plancha o que no se haya dejado la ropa sin recoger porque llegaba tarde, ni nadie tan irresponsable que no haya hecho sus deberes alguna vez o que no haya felicitado a su padre por su cumpleaños aunque se le suela olvidar. No existe alguien tan valiente que no haya sentido miedo si sus padres le han dejado solo en casa, al igual que no existe quien sea tan sumamente cobarde que no se haya asomado debajo de la cama por si había algo. Y segurísima estoy que no hay nadie tan sincero que no se haya guardado que fue él quien rompió sin querer el jarrón de la cocina, al igual que no hay nadie tan mentiroso que en su vida haya dicho una verdad.

Finalmente, he de decir que no creo que haya algo completamente blanco ni completamente negro, ni nada absolutamente malo ni absolutamente bueno, sino que nosotros, estamos formados de cosas favorables y de otras no tan apropiadas, pero que es algo que tenemos que aceptar. Yo misma, sé que no soy perfecta, lo tengo asumido, además de que desde mi punto de vista la perfección es inexistente, yo admito que tengo imperfecciones, que no todo lo mío es adecuado, pero aún así confío en lo que yo considero positivo, y además, ¿qué le vamos a hacer?, eso es lo que me forma, eso soy yo, una mezcla. Y aunque haya gente que no lo quiera reconocer, de eso estamos compuestos, yo, ellos y todo el mundo, todo.

martes, 13 de marzo de 2012

¿ES NECESARIA LA EMPATÍA?

La empatía consiste en ponerse en el lugar de los demás, en intentar pensar como piensan otros y a partir de ello, reflexionar sobre si alguna de nuestras acciones podría influir gravemente en otra persona. Con esto no quiero decir que tengamos que cambiar nuestra forma de razonar las cosas y adaptarnos a la manera de otro, sino considerar todas las consecuencias desde todos los puntos de vista posibles.
Pocos de los millones de habitantes que tiene la Tierra son capaces de meterse en el interior de alguien que no sea él mismo y de sentir  sentimientos ajenos a los suyos. Y esto es así, desde el que le hace la zancadilla a un compañero en el instituto, hasta el que mata a su mujer mientras ésta duerme. Ninguno se para a meditar acerca de lo que sus actos van a ocasionar, lo hacen porque sí y punto. El primer caso quizás no es demasiado grave, pero ¿y el segundo?, después de esta escena, no hay vuelta atrás.
Y como estas situaciones, hay demasiadas, porque aunque no sea justo, hay quienes insultan a otros, hay quienes pegan sin motivo alguno, por no mencionar a aquellos que roban o secuestran. Al leer esto, muchos se sorprenderán y juzgarán a la gente que hace estas cosas, pero no caen en la cuenta de que seguramente ellos en algún momento han hecho al menos una de las cosas ya nombradas, porque por ejemplo ¿quién no ha criticado alguna vez la forma de vestir de otra persona?, estoy 99% segura de que todos lo hemos hecho, ya sea porque siempre lleva puesto lo mismo o porque su jersey parece de abuela. Tal vez no es de los peores actos, pero puede perjudicar a alguien. En esta cuestión, ¿cómo sabes tú que su madre no le obliga a ponerse ese jersey, o que simplemente no tiene dinero para comprar más ropa y por eso siempre viste igual? Antes de decir algo improcedente debemos analizar sus pros y sus contras, puesto que no sabemos cómo nuestro comentario va a influir si llega a oídos de la otra persona.
Ahora pretendo mostrar la insensibilidad de aquellos que insultan, que llaman a alguien “gordo” por no estar como ellos, sin tener en cuenta que puede que se trate hasta de una enfermedad, pero que si ni siquiera lo fuera, no deberían ofender a nadie de tal modo. También hacer saber que existen esos bandos que se dedican a coger al primero que vaya solo por la calle y a darle una paliza, porque según ellos es su “pasatiempo”, y claro es más importante divertirse que dañar físicamente a alguien. Después de esto, sería posible que pensarais que no hay nada peor, pero no es así, lo hay y hasta puntos extremos. En el mundo en el que vivimos todavía puedes ver en la televisión cómo un hombre ha raptado a una niña de seis años, a la cual le ha puesto una pistola en la cabeza mientras les pedía dinero a sus padres por su rescate, o asimismo enterarte de que a los ancianos que viven a la vuelta de tu calle les entró a robar un hombre enmascarado la pasada noche, y a los cuales ha dejado lo mínimo, ni dinero, ni muebles, ni nada.
Pocos se percatan del daño que hacen si no se ponen en el lugar de la otra persona, por eso respondiendo al encabezamiento de mi entrada, quiero contestar que la empatía no es necesaria, sino imprescindible, pero que por desgracia no siempre resulta tan útil como se espera, pues hay excepciones de personas que aún a sabiendas de las sensaciones del otro, no son capaces de asimilar las cosas de otra forma distinta y siguen adelante con su cometido. Cómo ya habéis podido comprobar, hoy día hay gente que es capaz de apuntar con un arma a una niña pequeña, sabiendo la impresión que ésta se llevará para el resto de su vida, o aquella a la que no le importa despojar de lo más preciado a unos pobres abuelos, a los que no les queda seguramente mucho por vivir y además, ¿ quien sabe que si del dinero que les ha sido robado no dependían las medicinas que les ayudaban a seguir adelante día a día?
Mi conclusión es que como ya he mencionado anteriormente, la empatía es algo esencial, que debería estar presente en todos nosotros, pero que desafortunadamente la poseen dos de cada diez.

miércoles, 7 de marzo de 2012

¿HAY JUSTICIA, SER JUSTO ES FÁCIL?

Me he planteado miles de veces la pregunta anterior y mi intención es encontrarle la respuesta adecuada, por ello la entrada de hoy, en la que mostraré como mejor pueda en qué me he basado para concluir mi resolución.
Pretendo hablar de justicia, que por lo que sé, es dar a cada uno lo que  le corresponde o pertenece. Lo cierto es que podría escribir miles de páginas poniendo las injusticias de las que soy consciente, pero tan sólo pondré algunas de ellas, unas mayores, otras menores y otras que pueden ser de un modo u otro dependiendo de la opinión de la persona. Imaginad dos gemelos de un par de años a los que su madre les compra un caramelo, uno para cada uno, y así porque sí uno de los hermanos le quita el suyo al otro y se lo come. La madre tras lo ocurrido no hace nada al respecto, lo que provoca un llanto y una risa, lo que parece un poco odioso sinceramente. Es un caso como otro cualquiera, en el que hay que decir que se ha cometido una injusticia, no muy grave quizás, pero lo es.  Otra situación un poco más comprometida es por ejemplo, en la que tú te encuentras en uno de los exámenes más importantes, el cuál determinará tu posibilidad de ir a la universidad, mientras que contestas a las preguntas lo mejor que puedes, ves que el compañero de al lado tiene el examen fotocopiado y está copiando todo. Tras terminarlo, el último no para de decir que se le ha dado perfectamente, mientras que a ti se te podía haber dado bastante mejor, y efectivamente, el otro consigue una excelente calificación. Dicho acontecimiento muestra perfectamente una inmoralidad, algo prácticamente ilícito, pero que por desgracia sucede hoy en día.  Como tercera ocasión, me gustaría que pensarais en una en la que se realizara un juicio, presentes juez, acusado y víctima, pero con una peculiaridad, alguien que por lo visto está en contra del acusado, soborna con abundantes fajos de dinero al juez, quien decretará la culpabilidad del inculpado. Por ambición u otros motivos personales, el sentenciador accede a la propuesta y el inocente es condenado.  Esta, es sin duda una de las más considerables injusticias existentes, y aún así seguro que ha habido casos similares en la realidad.
Una de mis preguntas iniciales era la presencia de la justicia, con lo que he escrito anteriormente quiero haceros ver que no todo es de color de rosa, y que no creáis que eso es lo único, porque no es justo que haya millones de personas muriéndose de hambre en las calles, o que un hombre maltrate a una mujer por el echo de creerse superior, o que unos vivan en un palacio de oro y otros debajo de un puente, o que como ya he dado a entender, que gente no culpable cargue con unas consecuencias que no le corresponden, por el echo de que alguien se pueda permitir ofrecer dinero con el fin de inculpar al otro, o que quien mata a cien personas con una bomba por un simple antojo, no pague el mismo precio, no, no es justo. Con esto no quiero decir que la justicia no exista, porque haberla, la hay, a lo que me refiero es a que aunque esto sea así, las acciones injustas ocupan la primera posición.
Y para terminar quiero solucionar la cuestión de si es fácil ser justo. Sinceramente, pienso que no, ser justo te pone entre dos decisiones, una conlleva unas cosas y otra, te ocasionará unas diferentes consecuencias, además la mayoría de las veces no sabemos cómo serlo, o si hacerlo te hará mejor o perjudicará a otros. Basándome en los tres ejemplos expuestos, ¿creéis que es fácil que esa madre regañe a su hijo, siendo tan pequeño?, ¿o que aquel que ha visto a un amigo copiar, le delate?, y sino ¿opináis que para el juez que acaba de aceptar el dinero, que puede ser por pura avaricia, pero también porque de verdad lo necesitaba, ha sido pan comido llegar a esa decisión? En cualquier caso, y aunque se trate de situaciones distintas, ninguno de los tres ha sido justo, y eso se debe a que no es tan fácil como puede parecer, pero tenemos que aprender, porque sin justicia y sin personas que la ejerzan no vamos a ningún sitio.


Estas  dos célebres frases apoyan mi deducción:

"La justicia es el pan del pueblo; siempre está hambriento de ella".
René de Chateaubriand (1768-1848). Diplomático y escritor francés.

"Ser bueno es fácil; lo difícil es ser justo"
Victor Hugo (1802-1885). Novelista francés.
 
 

sábado, 3 de marzo de 2012

¿De qué sirve quejarse y culpar a los demás?

¿Qué fin tiene quejarse de alguien o de algo? De nada sino ponemos de nuestra parte, pues sino intentamos mejorar eso que nos preocupa, todo será en vano.
No nos damos cuenta, pero nos pasamos la mayor parte de nuestro tiempo lamentándonos por cosas que a veces hasta resultan ser las mayores tonterías existentes. Y la verdad, es que hay de todo un poco, hay quienes se quejan de que su madre les ha comprado los pantalones más feos de la tienda, y no se dan cuenta de que existe gente que no tiene ni un trocito de tela para tapar su cuerpo; también ocurre con la comida, cuando no te gusta lo que te acaban de preparar, no se te ocurre otra cosa que decirle a la persona quien quizás se haya preocupado más de lo que imaginas en hacer bien el plato, que no te gusta o que quieres otra cosa, que vaya porquería y cosas semejantes, sin pensar que hay quienes darían lo más preciado por probar el sabor de dicho manjar. Dices lo primero que se te pasa por la cabeza, pudiendo comértelo por educación o simplemente cambiarlo por otra cosa, pero sin replicarle nada a nadie. Por ejemplo, otro caso es en un partido de fútbol, estás jugando con tu equipo y en un preciso momento te despistas, por lo que cuando te van a pasar el balón, no consigues retenerlo, y a continuación, ¿no se te ocurre nada mejor que decir que: es que me la ha pasado mal y por eso no he podido darle? Claro es más fácil culpar a alguien y no admitir tu error, pero con eso sólo te engañas a ti mismo. Otra situación en la que pasa algo parecido es cuando en un instante determinado tiras unos papeles que había sobre la encimera porque creías que eran para tirar, y resulta que eran muy importantes para tu padre, entonces para no llevarte la bronca, lo mejor es culpar a tu hermano ¿no?, eso es no saber aceptar tus fallos y esconderte de lo que te corresponde, dejar a sabiendas que culpen a otro por algo que tú mismo has hecho es vergonzoso.
Además, tengo que decir que hay quién sobrepasa unos límites, pues la persona que se queja de que la camisa que le acaban de planchar tiene una arruga, que ni siquiera se aprecia, o de que el móvil que le acaban de regalar tiene dos mega píxeles menos que el de su amiga, me parece alguien insolente que no piensa en nada que no sea él mismo y no sabe valorar lo que tiene ni a quienes tiene como debería.
Mi conclusión es que quejarte no te va a llevar siempre por el buen camino, sino que es el valor de corregirte lo que te va a ayudar a sentirte bien y a sacar provecho de las cosas, así como a tratar como merecen a aquellos que te rodean. No te quejes por todo y no culpes a nadie si sabes que no tiene nada que ver con lo que le acusas, porque esa persona siente, y en mi opinión a nadie le gusta que le inculpen de algo que no ha hecho. Piensa antes de abrir la boca para reclamar lo que sea, si vale la pena hacerlo y si sus consecuencias no van a molestar a nadie, y lo más importante crece como persona, pues aprender de tus errores te hará triunfar. Recuerda que tus actos te representan mejor que nada, todo depende de ellos.

Me he apoyado a lo largo de mi entrada en este fantástico vídeo del gran Pablo Neruda, compuesto por bellas palabras y soberbias frases como:

No te amargues de tus propios fracasos y se los cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño.





sábado, 18 de febrero de 2012

¿QUÉ DA EL DINERO?

Mi propuesta a día de hoy es hablaros acerca del valor del dinero, de lo muy rico que te puede hacer y de lo pobre que te puede dejar también. El dinero te puede servir para salir de una deuda, te puede servir para irte a algún sitio donde tu vida vaya a mejorar, pero hay que saber controlarlo, saber además cómo manejarlo y por supuesto, que en ocasiones te puede llevar a la avaricia, la cuál es capaz de conducirte por un mal camino.
El texto que muestro a continuación me ha dado mucho que pensar y la verdad enseña ni más ni menos que la pura realidad, lo dejo para ayudar a entender a lo que quiero llegar y simplemente para que nos demos cuenta de lo que tiene un precio y de lo que no se puede comprar con dinero ni mucho menos:

El dinero puede comprar una cama,
pero no las ganas de dormir,
libros, pero no la inteligencia,
alimentos, más no el apetito,
una casa, más no un hogar,
medicamentos, pero no la salud,
lujos, pero no la cultura,
diversiones, pero no la felicidad,
un pasaporte a donde sea, pero no el Paraíso.

Anónimo

La mayoría de las personas creen que un fajo de billetes es lo mejor del mundo, que eso te ayudará siempre a salir adelante, que con ello se solucionarán todos los problemas y lo peor de todo, que con el dinero, ¿qué no puedes comprar? Sinceramente pienso que tener una cantidad de dinero bastante aceptable te puede ayudar, claro que sí, pero ojo, no siempre, pues se puede acabar al igual que se acaba el helado si estás a todas horas comiéndotelo. Un niño, hijo de unos padres millonarios puede comprar hasta el último juguete fabricado antes de que salga a la venta en las tiendas, del que luego se cansará y tirará junto con los demás montones de ellos que tiene en su habitación, y decidme, ¿puede comprar la amistad de un amigo que le haga compañía? No, habrá tal vez algunos, pero creo que la mayoría no permitirían que compraran su amistad. Es más yo creo que ese niño se sentiría mejor si descubriera que hay más formas de conseguir algo, y que puedes ser capaz de hacer un amigo por tu forma de actuar, por ser como eres y no por la cantidad de dinero que tengas. O por ejemplo, imaginad a una adolescente a la que le encanta bailar, pero que desafortunadamente no lo hace especialmente bien, y al parecer se presenta a un concurso de baile que es muy importante para ella y que le puede dar una enseñanza de cómo mejorar, donde le pueden mostrar sus errores al igual que sus virtudes en la danza. Y su padre, un rico empresario, quien es capaz de bañarse en dinero, decide sobornar a los jueces y conseguir así que su hija gane el primer premio aunque no esté preparada para ello ni aunque haya quiénes de verdad lo merezcan. Quizá puede comprar el veredicto de los ya nombrados representantes del concurso, pero ¿y la desilusión de su hija al descubrir lo ocurrido?, ¿qué dinero le va a devolver la confianza de su hija? Será algo que tendrá que ganarse con el tiempo, y tendrá igualmente que quedarse con la lección de que el dinero no es solución para ciertos asuntos.
Al igual, opino que el dinero te puede ser muy útil en determinados momentos, una familia africana que no vive en muy buenas condiciones y tiene como intención viajar a algún lugar para empezar de cero, donde hallar un trabajo, donde crear una casa, un sitio donde tener la oportunidad de ganarse la vida; para ellos el dinero, hay que decirlo, sería una de las principales cosas que les permitiría viajar y encontrar el lugar tan deseado. Pero también necesitarían las ganas de empezar de nuevo, el amor entre ellos y la esperanza de lograr lo que quieren, y que yo sepa esto último no tiene precio.
A la pregunta de: ¿Qué da el dinero? Te ofrece tal vez una oportunidad, quizás un antojo, o también algo que de verdad necesites. Pero hay cosas que no se pueden comprar por más que quieras, en las que tal vez el dinero te favorezca algo, pero en las cuales necesitas mucho más que eso. A mí me podrían comprar el collar de diamantes más bonito que existiera, pero si sólo con eso alguien se piensa que yo me entregaría a sus manos, se equivoca, porque prefiero mil veces que me besen durante el amanecer  y que lo hagan si  de verdad quieren. Incluso, es más barato y desde luego, para mí tiene más valor, el amor, otra cosa que no se compra, el corazón de una persona no tiene una etiqueta con lo que cuesta, ni puedes ir a una tienda a comprarlo, es algo que sin duda debes merecerlo día a día.