miércoles, 25 de abril de 2012

¿Dónde está la verdadera belleza?

Hoy día, la gente ya no se hace esta pregunta, se dedica a juzgar a los demás, por su forma de vestir, por el tipo de peinado, es decir, por su apariencia, sin tener la mínima intención de conocer a fondo a esa persona y sin darle la oportunidad de mostrar lo que puede estar detrás de la máscara que llevamos día tras día.
Nos dejamos guiar por el exterior, por si es gordo o no demasiado, si es listo o por si ni siquiera sabe sumar, por si tiene un cutis radiante o por si tiene una espinilla a un lado de la nariz, por si lleva una minifalda excesivamente corta o por si el vestido le llega hasta los pies.  Por no hablar del color de la piel de una persona, ¿tanto si es más oscura como si es más clara ya tiene que ser diferente a ti?, no, no tiene por qué, se debe aprender que el físico no lo es todo, y que al darle demasiada importancia podemos hasta acabar perdiendo. Hay quienes piensan que una carita bonita gana a cualquier otra que no se le asemeje lo suficiente, y esto hace que los que no sean de tal modo se sientan inferiores, avergonzados de sí mismos. Pero lo cierto es que estos últimos necesitan a alguien sea quien sea, que muestre algo de empeño en intentar saber algo más sobre ellos, pasando a través de esa piel que llevamos puesta que al parecer vale más de lo que debería.  Y mirad, en mi opinión las cosas están muy equivocadas, claro que cada uno es libre de pensar como quiera, y por eso mismo os voy a decir lo que se pasa por mi cabeza. Nos reducimos a clasificar a la gente según sea  guapa o fea, pero estas dos palabras son simples adjetivos que dependiendo de quién los use estarán mejor utilizados o no, pero pocos investigan sobre el verdadero significado de la belleza, de lo hermoso, de lo que de verdad merece la pena. La verdad es que para mí, la belleza está en los versos que recita un poeta y no en como sea su apariencia, la belleza de un cantante se encuentra en el significado de sus palabras, no en su aspecto físico, lo más bello de un niño es su risa, lo más bello de un artista, lo que simboliza su cuadro,  lo más bello de un libro su final, y lo más bello de una persona se halla en su forma de mirar.
Porque sí, admito que hay quienes son más atractivos que otros, quienes son mejores en unas cosas que el resto, pero también tengo que decir que lo superficial tarde o temprano se dejará de apreciar tanto, y si no es así, por lo menos para mí sí será de tal forma. La gente se acabará dando cuenta de que antes de valorar a alguien tienes que llegar hasta el corazón. Sólo así comprenderás realmente a esa persona y descubrirás lo que cada uno podemos tener dentro, escondido, esperando a que alguien se tome la molestia de buscarlo.  Y no sólo sucede con las personas, también con las cosas, con los paisajes, no puedes decir no me gusta sin haberlo probado antes, ¿cuántas veces hemos dicho a una propuesta para ir a la montaña que no?, pues muchas, muchas veces, porque basta con que nos enseñen una fotografía, para que digamos, qué frío no, además allí no hay nada, mejor la playa. ¿Qué pasa?, no creo que sea tan malo para que no merezca la pena probar, simplemente eso, porque también tiene sus cosas buenas, el precioso paisaje que se ve desde un acantilado, el agua del mar chocando contra las rocas, mientras que anochece y el sol se esconde a lo lejos, y deja tras de sí lo oscuro de la noche,  contemplarlo mientras que una aire ligero te recorre por la cara, todo esto no es posible en cualquier sitio, por eso reitero que hay que descubrir la belleza tanto de cada persona como de cada cosa. Pues ésta no siempre está a la vista, y tú eres quien debe encontrarla esté donde esté, tanto como si se encuentra en una mirada, o como si lo está en el horizonte que tienes delante.

“La belleza está en los ojos del que mira”.
       Óscar Wilde.