sábado, 19 de mayo de 2012

¿Lo que fue todo se puede convertir en nada?

Hoy me gustaría hablar de eso, de esas cosas que en una parte de nuestra vida son todo lo que necesitamos, lo único que requerimos, y las cuales, pueden dar un giro de trescientos sesenta grados y convertirse en algo insignificante, no invisible del todo, pero sí de menor aprecio  para nosotros.
Todos hemos sido pequeños, hemos jugado y reído, y yo por lo menos he tenido mis juguetes, algunos mejores que otros, de mayor o menor importancia, pero ahí han estado. Recuerdo que a mis tres años de edad me regalaron un osito de peluche, no me separaba de él, le hablaba, lo abrazaba, él lo era todo para mí. Pero pasa el tiempo, y vas dejando cosas atrás, no voy a mentir, lo sigo teniendo, pero ya no es lo mismo, ya no necesito su compañía, tal y como la ansiaba antes. Los niños quizás no se desenganchaban de su coche preferido, al igual que las niñas de esa muñeca que bañaban y vestían día a día, pero conforme iban cumpliendo años, iban sustituyendo esos trastos, por otros nuevos, diferentes cada vez, y dándole a ese suplente la importancia del anterior. Esto sucede porque más tarde te encaprichas de otras cosas, las cuales a veces valoras más o menos, e incluso no solo de cosas, sino de personas, llegas a querer a alguien hasta tal punto que consideras que es lo único imprescindible en tu vida, y eso lo haces, porque en ese momento es lo que sientes, es lo que anhelas y con quien deseas estar, pero no puedes saber lo que eso durará. Conforme crecemos, apreciamos algo diferente a lo que valoraríamos si tuviésemos otra edad, quizás a la edad adulta, lo que más quieres es esa casa, tan perfecta, con piscina, con jardín y un trabajo cualificado, buen sueldo, lo típico que supuestamente te hace feliz, y entonces, estamos en la época en la que lo que soñábamos se cumple, tenemos todo lo que tanto tiempo hemos estado pidiendo y por fin nos sentimos satisfechos de haberlo conseguido. Pero a lo que quiero llegar yo, es a que si eso a lo que consideramos absoluto, puede dejar de serlo y difuminarse así como si nada. Que si ese preciado muñeco puede guardarse al fondo de un baúl y ser olvidado para siempre, o que si esa persona tan amada puede desaparecer y no volver nunca, o que si ese todo, esa vivienda tan extraordinaria, puede destruirse sin causarte ningún daño. Yo opino que lo que te marcó una vez, quedará grabado dentro de ti por el paso de los años. También es cierto, que lo que te hizo feliz lo recuerdas, algunos guardan ese recuerdo en un cajón el cual abren todas las noches antes de ir a dormir y otros se conforman con esconderlo profundamente, donde nadie lo encuentre, en su propio corazón. Que lo que fue todo ocupe el lugar de la nada, depende de muchas cosas, unas personas tienen la facilidad de olvidar, o de sustituir a unas personas por otras, unos objetos por unos diferentes, o ciertos lugares a cambio de otros más especiales, sin embargo hay quiénes no pueden, para los que les es verdaderamente complicado pasar página, porque no tienen la intención de abandonar aquello que en su día les hizo feliz, o que simplemente no quieren, no pretenden que se esfumen esas memorias, que quieran o no han formado parte de su vida, y han ocupado un lugar en ella.
Para terminar dejo un poema del famoso José Hierro, unos versos que pueden confundir a quienes los lean, por darle uno u otro significado, yo por ejemplo lo expongo aquí, porque me gusta, hace un juego de palabras, que para mí quieren decir que en un instante de nuestra vida, nos podemos parar a  pensar,  y dar una consideración distinta a esas cosas que quizás dos días atrás tenían un aprecio absolutamente contrario.

“Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario