lunes, 24 de octubre de 2011

¿MENTIMOS PARA NO HACER DAÑO?

Mentir, contar trolas, ser un embustero, vivir de la falsedad, engañar, lo digas como lo digas, suena mal, hablar sobre cosas que en realidad no son verdad, es algo realmente grave y considerable, no puedes ir soltando una mentira tras otra como si de tonterías se tratase. Vale, sé que hay momentos en los que mentir es la mejor opción, pero eso es cuando las consecuencias que ello conlleva son insignificantes, como el hecho de fingir estar durmiendo cuando tu madre pasa a darte el beso de buenas noches para que no te regañe por no haber fregado los platos de la cena, o mentir a tu padre que te llama para decir por dónde vas, que llegues rápido y tú le contestas que estás llegando cuando te falta por lo menos media hora para aparecer por la puerta de casa. También, somos embusteros cuando nos llama una amiga o un amigo por teléfono que quiere quedar contigo, y tú le cuentas que tienes comida familiar y que no puedes, cuando en realidad simplemente no te apetece porque estás muy cansada y no quieres salir. ¿Qué haces en el ordenador?, típica pregunta de los padres, -estoy estudiando y buscando unas cosas para unos deberes, pero en realidad estas chateando por Internet con ese chico que tanto te gusta, o planeando con las amigas lo que hacer el fin de semana. Otra excusa más,  hora de educación física, toca prueba de resistencia y el profesor te dice que por qué no lo haces, bueno, lo que ocurre es que me duele mucho el pie, común justificación que dan muchos adolescentes porque no tienen ganas de esforzarse corriendo. Éstas son unas de las más pintorescas mentiras que se dicen día a día. Claro que son pequeñas mentiras, prácticamente no hacen daño a nadie, pero hay otro tipo de ellas que pueden causar gran dolor, y a veces lo haces y no te das cuenta del daño que puedas llegar a hacer a otra persona. En el caso de los amigos, la falsedad que puede existir, las dos caras de una persona, que te miente diciéndote lo que quieres oír cuando está a tu lado, mientras que cinco minutos más tarde está criticándote a ti y a lo que haces a las espaldas. Parece no tener demasiada importancia, pero párate a pensar en cómo se sentirá esa persona al enterarse de que a quien consideraba amigo, no lo es. En cuanto al amor, estás con una persona, le haces creer la más maravillosa del mundo, le regalas tus oídos cuando estás con ella, la tratas como si fuera única para ti, le das todo lo que alguien pediría hasta el punto en el que dicha persona no puede estar sin verte, te necesita. Y eso, lo has provocado tú, pero no eres quien aparentas ser, mientras ella cae rendida a tus pies, tú te ves con otra, no te basta con una sola persona, necesitas más. Y mantienes todo en secreto, sin que se entere, y, ¿qué crees?, ¿qué te saldrá bien la jugada? Puede que no. Llega el día, ella te descubre, desmantela tu engaño, en ese momento un escalofrío recorre su cuerpo, le es increíble asimilarlo, no puede creer que fueras capaz de algo así, cada palabra, cada acto, mentira tras mentira, lo que ella veía como un todo pasa a ser nada, del amor al odio hay solo un paso, y eso es lo que has conseguido, el dolor causado no se puede medir, lo has provocado tú, bueno mejor dicho tu mentira. ¿No crees que le hubieras causado menos daño diciéndole la verdad desde el principio? Porque cuanto más tiempo la mantengas engañada, más le costará cerrar la herida que tus palabras le han causado. Mentir es un recurso fácil, no tienes que pasar vergüenza, esfuerzo, pensar qué decir, cómo, de qué manera. Tiene muchas salidas, pero también tiene muchos riesgos, y cuanto más mientas más difícil será recordar las versiones dadas y también más fácil será ser descubierto.
Ah y a la pregunta de: ¿mentimos para no hacer daño?, a veces creemos que es así y no nos damos cuenta, de que causamos mayor dolor mintiendo que diciendo la verdad desde un principio, además el orgullo que consigues revelándola no te lo quita nadie.

Pinocho, es un personaje de ficción al que con cada mentira que sale de su boca, le crece la nariz, por lo que poco a poco aprende que lo mejor es contar la verdad. Esta es una enseñanza que muchas personas se deberían aplicar, pues mienten sin consideración alguna.

domingo, 16 de octubre de 2011

¿Cuesta decir “te quiero”?

Esta pregunta seguramente tiene mil contestaciones diferentes, dependiendo de quién formule la respuesta, pero yo, voy a ofreceros mi criterio hacia ello, lo que pienso desde mi punto de vista. Muchas personas nombran estas dos palabras como si no tuvieran importancia alguna, como si no significaran nada y bueno, he de decir que dicha gente no sabe lo que es amar si no sabe valorar lo que se esconde en esta frase. Mencionarla no es tarea fácil, primero, tienes que encontrar a la persona adecuada, no buscarla pues llegará por sí sola; después disfrutar junto a ella, vivir los mejores momentos a su lado, y por último esperar a que tus labios pronuncien las dos palabras tan deseadas.
Todos o seguramente la mayoría de los seres humanos nos hemos enamorado alguna vez, y ¿cómo sabes cuando lo estás?, pues atiende a lo que voy a escribir ahora. Empiezas a verle de una manera diferente a la que miras a los demás, se te revuelve el estómago cuando pasa a un metro de ti, al estar con esa persona a solas, se te olvida todo, no existe nada que pueda cambiar el sentimiento hacia ella, ni lo que digan los demás, ni las críticas de nadie, y a veces, lo curioso es que, de quien te enamoras es alguien con el que nunca habías imaginado, el que menos esperabas, pero lo siento, no puedes hacer nada al respecto, no existe un medicamento ni unas pastillas que te hagan cambiar tus verdaderos sentimientos, si los notas es por algún motivo, recuerda que todo tiene un significado ya sea de mayor o menor importancia. Y con el tiempo, después de instantes juntos, besos compartidos, abrazos necesarios, habréis creado algo grande, muy grande, el amor. Esto último implica a dos personas, lo que haga uno influirá en la otra, pero sin darte cuenta eres tú el que has permitido que esa persona entre en tu vida porque crees que es perfecta, aunque solo lo pienses tú, eso te basta , pero no, no es fácil, el amor es difícil, tiene sus partes, algunas en las que estarás harta de que todo sea tan desastroso, en la que te desesperes porque las cosas no salgan como tu quieras, pero también tiene cosas positivas, por lo que una cosa contrarresta a la otra, hay momentos en los que puedes estar tan a gusto con alguien, que simplemente no deseas nada más, cuando estas frente a él, mirándole a los ojos, te agarra las manos y te besa los labios con una dulzura indescriptible, entonces justamente lo sabes, decides que es el momento en el que te acerques a él y le digas lentamente al oído:“te quiero”.


domingo, 9 de octubre de 2011

NOSTALGIA, DELICADA SENSACIÓN.

Bueno, quiero centrar mis ideas en esta emoción, este duro sentimiento, que todos hemos sentido alguna que otra vez. Para mí significa echar de menos algo que se tenía, un simple objeto, que para ti lo era todo, una simple carta, en la que cada palabra contaba; añorar a alguien que por lo visto ya no está, sentir que deseas con todas tus fuerzas volver a atrás y evitar que pasara lo ocurrido, porque eso es lo que hace que ahora estés dolida. También puedes sentir rabia de no conservar algo que antes poseías, sin tener la culpa de ello, simplemente porque lo hayas perdido, sin saber cómo ni por qué. Como si llevaras una foto, fina y ligera como una pluma, y que en un día de invierno, al no estar bien guardada en tu bolsillo, el aire se la llevara, y cuando quieres darte cuenta,  ya no se encuentra donde la dejaste por última vez, sino que puede hallarse en el suelo de una calle desierta, en las manos de otra persona, o en ese instante  puede estar mojándose en un charco y quedar totalmente destrozada. Ésta, es una cuestión, pero también he de mencionar otra. En la que te arrepientes por que crees que no hiciste las cosas como debías, y que ahora eso tiene sus consecuencias. Al no poder retroceder en el tiempo, al no tener la capacidad de cambiar tus actos, empiezan las lágrimas diarias y nocturnas, los llantos hasta las tantas de la madrugada, y cansada de tanto llorar, te da tiempo a pensar, a pensar que fuiste tú la que quisiste echar de menos algo o a alguien, que estuvo en tu mano seguir sin encapricharte de nada. Pero todo se acaba y el  tiempo para recapacitar también y vuelves a desear tener lo que un día tuviste, y que en muchos casos no supiste valorar. Eso para mí es la nostalgia, melancolía por dejar pasar lo que un día te hizo feliz, tristeza hacia una gran pérdida, añoranza, debida a la ausencia de una persona muy querida o de una cosa muy apreciada.
* Cuando lo real ya no es lo que era, la nostalgia asume su pleno significadoJean Baudrillard. (Filósofo francés).